¿Qué es el apego ansioso?

Categoría: Apego Ansioso
Etiquetas: apego ansioso
Escrito por natalia gurdian

¿QUÉ ES EL APEGO ANSIOSO?

Todos los seres humanos tenemos un “estilo de apego“, este puede ser: seguro, ansioso, evitativo o desorganizado.

El estilo de apego se refiere a la manera en cómo nos relacionamos con los demás, habla sobre qué tan cómodos nos sentimos con la intimidad, cómo nos vemos a nosotros mismos y a los demás, nuestros miedos acerca de las relaciones y cómo lidiamos con estos miedos.

Todos formamos un estilo de apego según la relación que tuvimos con nuestras figuras de apego en la niñez, por ejemplo, si nuestros padres nos daban amor, atención y cuidado de forma muy inconsistente, entonces lo normal es que nos adaptáramos a esta inconsistencia subiendo el volumen de nuestras quejas, siendo hipervigilantes y dudando de nosotros mismos. En este caso, estoy describiendo cómo se forma el estilo de apego ansioso, algunas personas le llaman “ansioso-ambivalente”.

Entonces, ¿qué es realmente el apego ansioso?

El apego ansioso es una “manera de amar” que se caracteriza por la preocupación constante en las relaciones personales, el miedo a no ser correspondido en las relaciones, miedo al abandono. También tiene que ver con dudar del valor propio. Las personas con este estilo de apego tienen una “alarma hipervigilante” que se activa fácilmente en las relaciones.

CARACTERÍSTICAS DEL APEGO ANSIOSO

¿que es el apego ansioso? - estas son las caracterísitcas

1. Hipervigilancia al rechazo, separación o abandono (alarma activada)

Una característica del apego ansioso es la hiper-viligancia a cualquier signo de rechazo, separación o abandono de la pareja o posible pareja. Sin embargo, esta hiper-vigilancia, no ha de ser objeto de crítica interna. Nuestras estrategias son sólo maneras de sobrevivir que hemos de aceptar primero para poder cambiar luego.

Las tres estrategias de hipervigilancia son:
1- Vigilancia con respecto a posibles amenazas
2- Apreciaciones desproporcionadas al evento
3 – Rumiación (pensamientos negativos y repetidos) acerca de pasados y posibles eventos amenazantes que reactivan la búsqueda de proximidad y la urgencia de obtener la atención, el cuidado o el soporte. Esto hace que se activen el sistema de apego incluso en la ausencia de amenazas objetivas. (Mario Mikulincer y Phillip R. Shaver 2016)

Este es un ejemplo de cómo se ven este tipos de hipervigilancia.

Adriana está saliendo con Jorge desde hace unos meses, ella sabe que él es amigo de su ex novia ya que van a la universidad juntos, eso la tiene ansiosa desde el principio (vigilancia con respecto a posibles amenazas).

Ayer Jorge le dijo que tenían que hacer un trabajo en grupo en la casa de un amigo, Adriana preguntó quienes iban y Jorge, sabiendo que probablemente no le iba a gustar que fueran chicas le dijo: “mis compañeros de grupo” y nada más. El día de la reunión, Adriana llamó a Jorge y durante la llamada escuchó voces de mujer, ante lo que le preguntó de forma casual “¿quienes están en el grupo?” y Jorge mencionó a sus compañeras. Adriana entonces se enfureció ya que percibió que Jorge le había mentido y que seguramente estaba escondiendo algo (apreciaciones exageradas o pensamiento catastrófico).

Al final, intentó no discutir más y calmarse al escuchar la explicación de su novio, sin embargo no se iba de su mente la posibilidad de que estuviera escondiendo algo, por lo que durante la noche Adriana insistió en verse aunque fuera tarde ya que sentía que necesitaba verlo. (Rumiación acerca de posibles eventos amenazantes y urgencia de obtener atención o soporte).

Jorge le comentó que estaba muy cansado, por lo que Adriana volvió a sentir que le mentía (apreciaciones exageradas o pensamiento catastrófico).

Un poco más sobre las tres estrategias de hipervigilancia

El apego ansioso provoca que nuestro sistema nervioso esté casi siempre atento a posibles amenazas alrededor.

Por ejemplo: ¿que pasa si se des-enamora de mi?, ¿porqué será que me habló tan raro hoy? ¿habrá alguna razón por la que no quiso tener sexo conmigo ayer? Es como una alarma constantemente activada.

Apreciaciones desproporcionadas al evento

Recuerda que aunque las reacciones sean desproporcionadas al evento, vienen de vivencias reales del pasado y de un sistema nervioso que se activa sin nuestra consciencia, haciéndonos pensar y sentir que existe una amenaza en el presente. Es muy importante no usarlo como crítica. Toda reacción es “neurológicamente apropiada”, quiere decir que según lo que vivimos antes, es apropiado que nuestra biología reaccione de esta manera.

Por otro lado, está bien que lo podamos nombrar como “desproporcionado”  ya que nos ayuda a darnos cuenta que hay algo detrás.
Por ejemplo, si ante una discusión pequeña tu pareja entras en pánico por una posible ruptura, podrás hacer la hipótesis que tu sistema nervioso es muy sensible ante ciertos conflictos y está tratando de adelantarse al peor escenario, como forma de protección.

Rumiación acerca de pasados y posibles eventos amenazantes que reactivan la búsqueda de proximidad y la urgencia de obtener la atención, el cuidado o el soporte.

Como parte de esta hiper-vigilancia, se tiene la tendencia a sobre-pensar el pasado o a tener ansiedad sobre el futuro.

Esto genera un deseo fuerte de acercarse a la pareja o incluso con sentido de “urgencia”, que no se va hasta obtener el cariño o atención.

Es por eso que a veces llamamos diez veces o nos enfadamos fuertemente porque no nos escriban en varias horas, y es bastante difícil vivir esto ya que cuando por fin regresan la llamada, puede ser que estén molestos o frustrados y no recibamos ese cariño tan deseado.

2. Estrés de Separación

¿Te sucede que las pequeñas despedidas con tu pareja, por mas rutinarias que sean, como ir al trabajo o al gimnasio te generan cierto malestar? este fenómeno se llama “estrés o ansiedad de separación” y puede tener diferentes niveles de malestar, desde sólo una sensación incómoda, una ansiedad leve, una moderada o incluso fuerte, esto depende del tipo y naturaleza de separación. Hemos escuchado este término típicamente en los niños, sin embargo también hay muchísimos adultos que lo experimentamos.

No a todas las personas que tienen apego ansioso les sucede y tampoco todas las personas que tienen estrés de separación tienen apego ansioso, pero sí puede ser algo que estés viviendo y puede estar relacionado a este tipo de apego.

A veces no nos sentimos bien cuando la pareja está lejos pero no nos hemos dado cuenta que son las separaciones las que nos afectan.

Típicamente lo he escuchado con frases como estas: “cuando estamos juntos todo está bien, pero cuando estamos separados ahí es donde empiezo a sentirme mal y nos peleamos”.

Cómo se manifiesta este estrés de separación:

Sueles tener una sensación incómoda cuanto tu pareja está lejos y especialmente cuando sospechas que hay algún problema en el vínculo.  A veces se puede disfrazar en torno a su bienestar: ¿será que está bien? ¿será que llegó sin problemas a su trabajo?, ¿ya comió?, etc.

3. Necesidad de re-afirmación

Aunque todos tenemos necesidad de re-afirmación, las personas que se identifican con este estilo de apego buscan sentirse re-afirmadas constantemente, no por ser “necesitadas”en un mal sentido (que es como la sociedad lo hace ver a veces) si no porque perciben que es la única manera de lidiar con el miedo y la incertidumbre.

Recuerda que de pequeños no formaron la seguridad que sus padres o cuidadores iban a estar presentes, tuvieron un cuidado intermitente y a modo de sobreviviencia hiper-activaron su sistema nervioso. Una manera de mantenerse estables y bajar la ansiedad es recibir constantemente señales de que la pareja está disponible, accesible y presente en sus vidas por medio de mensajes, llamadas, visitas, tiempo de calidad, detalles, etc. Cuando estas comunicaciones o señales de seguridad se interrumpen, es común que se avive la ansiedad.

La necesidad de re-afirmación se puede vivir como preocupaciones sobre la fortaleza de la relación, sobre el amor, la confianza, la presencia.

Por ejemplo: “¿será que se está des-enamorando de mi?”, “¿puede ser que se aburrió de la relación?”, “¿será que está enfadada conmigo por algo que dije?”, “¿todavía me quiere?” y estas preguntas pueden surgir en cualquier momento que se percibe distancia, frialdad, desinterés aunque no sea el caso, a veces la pareja realmente está ocupada, cansada, con baja energía y estos son los momentos en los que la persona con apego ansioso comienza a dudar y a pedir re-afirmación con palabras “¿todo bien?”, “¿cómo estas?”, con propuestas “veámonos hoy por la noche” o si esto no surge efecto, con protestas.

4. Conductas de protesta

Cuando no encontramos esa re-afirmación que necesitamos y la ansiedad se hace mayor, es muy probable que recurramos a conductas de protesta, de la misma manera que lo hace un niño pequeño cuando su madre no le presta atención y le ha ya llamado varias veces.

Bajo los lentes del apego, la conductas de protesta son intentos de recobrar la conexión perdida en la relación, no son “caprichos” o “berrinches” sin sentido, siempre tienen una razón de ser, ya sea presente (mi pareja está des-interesada o inaccesible) o tintada por el pasado (no puedo confiar en mi pareja de la misma manera que no pude confiar en mis padres).

¿Cuáles suelen ser las conductas de protesta?

  • Insistencia de cercanía: pueden ser llamadas, mensajes, acercarse a la casa o al trabajo.
  • Alejamiento (con el objetivo de acercamiento): Estas son las protestas ocultas, como “la ley del hielo” o silencio con el objetivo de recibir a atención o afecto. En constraste, las personas con apego evasivo se alejan no con el fin de acercarse si no porque buscan estar solas y regular sus emociones.
  • Indirectas: A veces lo expresamos con indirectas, como cambiando la foto de perfil, enviando frases o expresándose en doble sentido.
  • Celos: Podemos intentar provocar celos con ex novios o salidas a bares.
  • Intentos desesperados por obtener la atención: Cuando se llega al umbral de frustración, puede ser actuar con hostilidad como por ejemplo subir la voz, desviar la mirada, usar palabras hirientes.
  • Cariño y detalles: a veces el dar cariño es una manera de buscar recibirlo de vuelta para sentirse más seguro.

Los ciclos negativos que generan las conductas de protesta

Aunque la protesta tiene siempre una intención positiva (re-conectarse) suele generar lo contrario, es decir, provocando más alejamiento o conflicto y esta es realmente una tragedia porque aquí se dan los malos entendidos y se crea un ciclo no-sano. La persona que está del otro lado suele sentir que su afecto y atención “nunca es suficiente” y se exaspera o agobia, lo que provoca más ansiedad y conflicto.

El ciclo más común se llama “persigue-aleja” o “la Polka de Protesta” según la psicóloga y autora Sue Johnson, en el que mientras más persigue con enfado uno, más se aleja el otro, y mientras más se aleja, más persigue. Este es un bucle en el que ambos pierden. Suele ser más intenso en una relación donde convive una persona con apego ansioso y otra con apego evasivo.

ciclo persigue-aleja de sue johnson

5. Percepción de bajo valor propio

Los niños pequeños no pueden entender que el comportamiento de su madre y padre no está directamente relacionado con su ser.

Por ejemplo suelen razonar algo así: “si mi madre o padre no me leen el cuento, no me abrazan, no están conmigo, quiere decir que yo tengo algo malo, hay algo en mi que no está bien”. No quiere decir que racionalmente digan esto con sus palabras, sin embargo, lo sienten en su cuerpo. Es como un mapa emocional-corporal que se construyen llamado “Modelo de Funcionamiento Interno” según John Bowlby y que habla sobre la confiabilidad de los demás “¿puedo confiar en otros?” y el valor propio “¿soy valioso, soy importante?”

Las personas con apego ansioso suelen tener un bajo valor propio debido a la inestabilidad de cuidado que experimentaron y esto se vive también como baja autoestima. Esto puede generar gran inseguridad y duda en las relaciones.

Cómo se manifiesta este bajo valor propio:

  • Dudas e inseguridad acerca del atractivo físico: “¿soy lo suficiente guapo?”, “no me gusta mi cuerpo – (ojos, nariz, boca, piernas, etc)”, “¿cómo puede fijarse en mi?”.
  • Inseguridad acerca de la personalidad u otros atributos: “soy demasiado aburrido”, “no soy inteligente”, “soy muy tímido”, “soy raro”.
  • Temor de no gustar y ser abandonado: “si me conociera realmente como soy se iría de mi lado”, “un día se va a dar cuenta que no quiere estar conmigo”.

En base a esta inseguridad se pueden generar diferentes dinámicas como celos de amistades y conocidos, necesidad de re-afirmación, sensibilidad a comentarios sobre la apariencia o forma de ser, tendencia a ceder en gustos y actividades con el fin de agradar, empezar relaciones con personas no disponibles emocionalmente debido al miedo a no encontrar a nadie más.

6. Dificultad de comunicación

Todas las personas que tienen apego inseguro (ya sea ansioso, evasivo o desorganizado) suelen tener dificultad de comunicarse en las relaciones amorosas.

En el apego ansioso la comunicación suele ir en dos polos, no decir nada y guardarse las emociones a expresarlo todo de forma impulsiva (y luego arrepentirse). Puede funcionar como un péndulo entre el anhelo de conexión al enfado y al anhelo de estar bien de nuevo.

Debajo de esta polaridad se encuentra la ambivalencia de dos emociones: el enfado que sirve como protección “no te acerques” pero también el deseo de cariño y protección “ven y muéstrame tu amor”. Por esto este tipo de apego en la niñez se llama “apego ansioso-ambivalente”

A veces, sin intención, las personas con apego ansioso alejan a sus parejas, pero esto se puede evitar.

Mira el ejemplo de Katty, que siente ansiedad cuando su novio regresa tarde del trabajo a su casa y en vez de llamarle como de costumbre, sólo le manda un mensaje.

Al principio Katty quiere ser percibida como confiada y fuerte por lo que no le escribe tampoco y reprime sus emociones de inseguridad, sin embargo, después de varias ocasiones de que su novio hace lo mismo, se expresa con una broma “sería genial que trabajáramos juntos, sería la única manera de verte”.

Katty espera que su novio le demuestre cuánto la extraña, sin embargo como no ha conseguido una reacción favorable, aumenta su protesta con enfado, responde con monosílabos, no hace preguntas.

Cuando su novio indaga y le dice “¿te pasa algo?”, Katty se enfada más pero le responde “no me pasa nada”, después de treinta minutos de persuasión lo expresa en forma de queja “tú ya no te acuerdas de mi, para ti es más importante el trabajo y no me consideras” y como esto tampoco hace que su novio se acerque de forma cariñosa si no que se pone a la defensiva, entonces terminan discutiendo fuertemente.

Katty entonces se siente sola, triste y enfadada con su novio por no haberle dado esa re-afirmación pero también enfadada con ella misma por haberse expresado con quejas. Podría trabajar en comunicar sus emociones de forma más asertiva y vulnerable, y también necesita la participación de su pareja para que funcione. 

No es fácil comunicarnos cuando tenemos un sistema nervioso activado ya que entramos en modo “lucha, huída o paralización” y hemos de ser compasivos con nosotros mismos en este conflicto interno. 

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¿Cómo sanar el apego ansioso?

Para poder sanar el apego ansioso puedes trabajar en las siguientes áreas:

  • Regulación de Emociones como la ansiedad, miedo, enfado, bajar la activación del sistema nervioso y de pensamientos obsesivos
  • Mentalización
  • Valor propio, auto-estima y compasión
  • Meditación
  • Comunicación asertiva y vulnerable
  • Cambio de creencias que limitan
  • Trabajar sobre el pasado

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