Cuando estás en alerta constante en tu relación: la hipervigilancia
Cuando viene la inseguridad…
Historia de Laura y Ricardo
Laura y Ricardo estaban hablando por teléfono. Ella, sentada en su cama, estaba terminando la conversación y se preparaba para dormir: “Bueno, entonces nos vemos mañana verdad…”
Ricardo, con un tono de voz monótono y bajo le dice a Laura: “Si. Buenas noches. Nos hablamos mañana.”
Laura le dice: “Si, nos hablamos…” y antes de poder decir más, Ricardo cuelga el teléfono.
Laura inmediatamente piensa: “Hey… no me dijo que me quería” . “Tenía un tono de voz algo extraño”, “¿Por qué no fue mas cariñoso?”
Pasa varios minutos en la cama dando vueltas, se siente ansiosa. Le cuesta dormirse.
Al día siguiente, Laura amanece alertada. Ricardo no le contesta su mensaje de buenos días hasta después de una hora.
No deja de pensar: “Algo malo seguramente está pasando”…. y siente una presión incómoda en el pecho. Le escribe de nuevo a Ricardo, esta vez algo alarmada. “¿Todo bien?”.
Mientras espera, Laura no puede concentrarse en su trabajo. Se siente insegura. Intranquila.
A los pocos minutos, escucha el “Beep” del celular. Lo toma rapidísimo.
Es Ricardo, que le contesta: “Claro, mi amor, ¿Por qué? Estaba pensando en ti ahora. Tengo pensando un lugar genial para que almorcemos. Es una sorpresa. Te recojo a la 1:00?”
Laura respira aliviada. “Si, claro” “¡Que emoción! Nos vemos pronto, te amo!. “¡Yo también te amo, preciosa!.
Laura sonríe. No fue nada. Todo está bien.
Sin embargo, se da cuenta que pasa mucho tiempo ansiosa, pensando si Ricardo estará enojado, alejado, indiferente o aburrido con ella.
Siente que en cualquier momento algo malo puede pasar o que puede perder el amor de su pareja.
Está pendiente de cualquier cambio sutil de Ricardo, vigilante ante cada fluctuación de su estado de ánimo, palabras, acciones…
La hipervigilancia
Si Laura continuara con este tipo de alerta constante ante eventos que parecen “neutrales” y se sintiera incapaz de relajarse por completo, podría estar experimentado hipervigilancia.
Tian Dayton, psicóloga y autora describe la hipervigilancia como un estado de ansiedad baja o moderada, en el que nos encontramos escaneando el ambiente y las relaciones en signos potenciales de peligro.
Una persona en estado hipervigilante encontrará señales que no están realmente ahí. A veces, interpretará erróneamente las intenciones de otras personas.
Su sistema nervioso estará activado constantemente mientras su mente percibe todo el tiempo el peligro de ser juzgado, rechazado, abandonado, etc.
Cualquier tono de voz monótono y bajo puede ser aburrimiento o cansancio de la relación.
Cualquier omisión de cariño parece intencional o se siente como rechazo.
Cualquier historia que no cuadre, alejamiento o cambio del usual comportamiento puede generar desconfianza.
ETC…
Cuando la hipervigilancia sabotea nuestras relaciones
Es normal que todos nos sintamos un poco inseguros de vez en cuando y dudemos de nosotros mismos.
Sin embargo, cuando nos encontramos en un estado constante de alerta y reaccionamos de forma inapropiada o incluso agresiva ante eventos diarios, estamos poniendo en peligro nuestra relación.
Por ejemplo, Laura podría haber llamado a Ricardo antes de dormir, para volver a hablar con él. Si lo hubiera notado raro de nuevo, tal vez podría haberle acusado de “estar raro” o “ser frío y indiferente”.
Tal vez Laura podría haberse vuelto nerviosa al día siguiente y llamado cinco veces seguidas a Ricardo.
Tal vez le podría haber cuestionado insistentemente sobre su actitud, contribuyendo a una pelea. Eso hubiera hecho que Ricardo de hecho se hubiera alejado y por lo tanto Laura haber sufrido más y le podría haber perseguido mas con palabras negativas o críticas.
Eso se puede volver un círculo vicioso, en donde Laura persigue y confronta a Ricardo, y éste se aleja y evade conflictos, haciendo a Laura más insegura, explosiva o en última instancia, desconectada.
¿De donde viene la hipervigilancia?
La hipervigilancia puede venir de diferentes fuentes: traiciones pasadas, abandonos recientes o pasados, eventos traumáticos en la adultez o niñez, ansiedad generalizada, inseguridad en las relaciones, estilo de apego ansioso, etc.
No es blanco o negro…
Es totalmente normal sentirse preocupado o alertado ante señales de peligro en nuestras relaciones, sé que a mi me ha pasado muchas veces.
El problema es cuando nos interfiere con nuestra calidad de vida o calidad de relaciones.
Cinco cosas que podemos hacer para lidiar con la hipervigilancia
1 Aprender a regular nuestras emociones: ejercicios de respiración, relajación del cuerpo, yoga, meditación y mindfullness ayudan mucho.
2 Ser consciente de nuestro cuerpo y mente. A veces no nos damos cuenta que estamos alterados hasta que nos vemos a nosotros mismos reaccionando insistente o agresivamente. Si logramos observar que estamos respirando entre cortado, que tenemos un nudo en el estómago o estamos pensando negativamente antes de actuar, podemos decidir cómo responder.
3 Ser nuestro propio “terapeuta sabio”. Cuando nos encontremos ante una señal de alerta de nuestra pareja, respiremos hondo, optemos por no reaccionar y reflexionemos con nosotros mismos. ¿Será que, el que no me ha contestado, realmente querrá decir que no le importo? ¿Será que, realmente podrá estar enojado/a conmigo, si no ha pasado nada que lo justifica? ¿Será que, el que haya quitado la foto nuestra del whatsapp significa que me está escondiendo? Nuestro yo sabio sabe la respuesta.
4 Darnos cuenta de lo que necesitamos y pedirlo (o darlo) en vez de utilizar la crítica, demanda o acusación. Por ejemplo, si sentimos que nuestra pareja se está portando fría, podemos actuar de forma cariñosa o pedir un abrazo. Si sentimos que nuestra pareja está alejada, podemos invitarla a comer o tener un gesto romántico. Siempre respetando la autonomía y necesidad de espacio de la pareja. (Necesidad que todos tenemos)
5 Acudir con un profesional preparado si sospechamos que hemos vivido un trauma. Algunos tratamientos estudiados que sirven según el investigador Holandes de trauma, Bessel Van der Kolk son: EMDR, Yoga, Teatro terapéutico, Neuroretroalimentación (Neurofeedback), la terapia de los Sistemas de la Familia Interna, Masajes terapéuticos, Psicodrama Experiencial, entre otros.
Bonus: ¡Distráete! cuando sientas que estás ansioso/a sobre algo de lo que no tienes control en tu relación y no dejas de preocuparte, busca algo divertido o entretenido que hacer que ocupe tu mente. Una de las mejores distracciones son salir del lugar de donde estás e interactuar con gente.
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