La mejor herramienta para dejar de criticarnos (y no es la autoestima)
¡Despertemos! Hay una agresión y abuso del que estamos ciegos: nuestra voz crítica. Ésta es la parte de nosotros que nos hace sentirnos fracasados, feos, haraganes, inútiles, inadecuados.
La voz crítica nos dice: “Hay algo malo en ti”. “No sos lo suficientemente bueno”. “Sos una decepción”. ¡ETC!
¿Te imaginas que una grabadora haya captado todos tus monólogos destructivos durante los años? ¿Qué tan larga sería la transcripción? ¿Qué palabras serían las más comunes? ¿Qué efectos ha tenido en ti?
Y esto no es algo leve, la voz crítica está relacionada con la ansiedad, depresión y en ocasiones extremas al suicidio.
Por supuesto que todos tenemos un ser “dividido”, por un lado crítico y otro amoroso.
Desde hace muchos años la psicología ha introducido el concepto de la autoestima para fomentar el amor propio y reducir los pensamientos destructivos.
Hoy, los investigadores se están decidiendo por una herramienta más efectiva que la autoestima para contrarrestar a la voz crítica: esta es la compasión.
La Doctora en Psicología Kristin Neff es una investigadora líder en el tema de la compasión y tiene excelentes recursos.
Acabo de ver su charla en TEDxTalk y no pude dejar de asentir durante los 19 minutos. Recogí los mensajes más importantes para ti, espero que te impacte de la forma como me impactó a mi: 🙂
Resumen de la charla:
El problema con la autoestima alta no es que la tengas, sino cómo la conseguiste.
Normalmente, para tener alta autoestima nos tenemos que sentir especiales y mejores que la mayoría. En nuestra sociedad, no es bueno ser promedio, es más, es considerado un insulto. Por lo tanto estamos buscando constantemente compararnos.
Hay algunas personas que llevan esta tendencia hasta el narcisismo.
Por otro lado tenemos una epidemia de bullying. Los niños y adolescentes tienen que hacer bullying para subir su sentido de autoestima.
Adicionalmente tendemos a ser pre-juiciosos, creemos que nuestras creencias religiosas o políticas son mejores que las de los demás. (Necesitamos serlo para sentirnos superiores).
Otro problema de la autoestima es que es contingente al éxito. Nos sentimos bien con nosotros mismos cuando alcanzamos el éxito, nos sentimos mal cuando fracasamos.
En las mujeres, la autoestima tiene que ver con sentirse bellas, pero en nuestra sociedad tendemos a compararnos con super modelos. (Y las modelos se comparan a otras modelos)
En cambio, la compasión no es una forma de juzgarnos a nosotros de manera positiva sino de relacionarnos con nosotros mismos generosamente, aceptándonos a nosotros mismos como somos, con los defectos.
La compasión tiene 3 componentes
1. Ser generosos Vs. ser juiciosos.
Tratarnos a nosotros mismos como trataríamos a un mejor amigo: con empatía, apoyo, paciencia. Muchas veces somos tan crueles, y nos decimos cosas que no le diríamos a un amigo, incluso, que no le diríamos a gente que no nos gusta.
2. Humanidad compartida Vs. Aislamiento
Mientras la autoestima pregunta: ¿como soy yo mejor que los demás? la compasión pregunta: ¿cómo soy igual a los demás?. La imperfección es lo que nos une con los demás, porque todos lo somos.
3. Atención plena (Mindfulness) Vs. Sobre identificación con nuestros pensamientos.
Estar en el presente, darnos cuenta, validar y aceptar el hecho que estamos sufriendo nos ayuda a ser compasivos. Cuando no estamos en el presente, dejamos de ser conscientes y no nos damos cuenta el daño que nos hacemos al ser críticos.
Alguien podría pensar: Pero ser generoso y auto indulgente hace que me acomode, me vuelva vago y perezoso… ¿No es así?
¡No! ¡Esa es la trampa que nos pone el pensamiento!
La respuesta es que en realidad la auto-crítica es la que debilita la motivación.
Esta es la razón:
En la actualidad, cuando nos criticamos a nosotros mismos ponemos a nuestro cuerpo en alerta: en lucha o huida. A nuestros antepasados los cavernícolas les venía bien para poder luchar o alejarse de los depredadores, pero hoy en día la mayoría de las amenazas que sufrimos no son hacia nuestro ser físico sino hacia nuestro auto concepto o sentido de valía. Cuando nos criticamos a nosotros mismos somos al mismo tiempo el atacante y el atacado y el cuerpo reacciona con mucho estrés.
Lo que hace para protegerse del estrés es deprimirse y eso no es motivante para alcanzar las metas.
A parte, nuestro cerebro no sólo tiene una parte reptiliano sino también una “mamífera”. Como los mamíferos nacemos más desprotegidos estamos programados para conectarnos. Nuestros cuerpos están configurados para responder a la calidez, tacto gentil y voz suave.
Las investigaciones dicen que cuando nos tratamos con compasión reducimos los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y liberamos oxitocina y opiodes que son las hormonas que nos hacen sentir bien. Cuando nos sentimos seguros y reconfortados, estamos en el estado óptimo para dar nuestro 100%.
En un escenario en donde un niño llega a casa con baja nota en matemáticas: El padre o madre critica fuertemente a su hijo: “¿Acaso no puedes hacer nada bien?” “Los demás te verán como un fracasado” Este juicio negativo puede hacer que el niño trate con mas fuerza de sacar mejores notas pero eventualmente perderá la fe en si mismo, se deprimirá y tendrá miedo al fracaso, así que probablemente se dará por vencido, porque las consecuencias de un fallo futuro son devastadoras. (Y si estás pensando: así no trata un papá a un hijo, es improbable, pero así nos tratamos nosotros a veces)
Algunos de los hallazgos claves en las investigaciones muestran que la auto-compasión tiene una asociación positiva con:
- Menor perfeccionismo –
- Menor depresión, ansiedad y estrés –
- Mayor motivación +
- Mayor responsabilidad +
- Mejores relaciones interpersonales +
- Bienestar mental +
- Satisfacción personal +
- Optimismo +
- Sensación de conexión con los demás +
La compasión ofrece los beneficios de la autoestima sin sus peligros y está asociado a una mejor salud mental sin tendencia al narcisismo, constante comparación social o agresión para defender el ego. La compasión da una sensación mas estable de valía personal que la autoestima, por que está presente precisamente cuando fallamos.
Tú sabes cómo ser una buen/a amigo/a, solo has de aplicarlo a ti mismo. Es más fácil de lo que piensas, y puede cambiar tu vida.