Si perdono a mi pareja… ¿me traiciono a mi mismo?

Categoría: Infidelidad
Escrito por natalia gurdian
Si perdono a mi pareja… ¿me traiciono a mi mismo?

Cuando pasamos por una infidelidad y estamos en el proceso de perdón, podemos sufrir un conflicto tremendo: queremos perdonar a nuestra pareja para seguir adelante pero sentimos que el hacerlo nos hace traicionarnos a nosotros mismos.

He escuchado esto en varios de mis clientes y es totalmente comprensible.

En este post listo varios mitos sobre este tema, con la esperanza que ese conflicto interno sea menor.

6 Mitos sobre el perdón a otros y la fidelidad hacia uno mismo: 

1. Cuando perdono, yo admito que mi enojo era exagerado o injustificado. 

Hay personas que pueden pensar que al perdonar están trivializando la ofensa. Es como si lo que hicieron no fue tan malo.

Sin embargo, cuando uno perdona uno no dice “lo que hiciste no estuvo tan mal” si no que dice: “lo que hiciste estuvo mal, cruzaste una linea y voy a necesitar muchas condiciones para volver a confiar” y tu pareja ha de concordar contigo.

2. Tengo que escoger entre estar bien conmigo mismo o con mi pareja. 

No tienes porqué escoger ser fiel a ti mismo o estar bien en tu relación. Puedes tener las dos cosas, pero la condición es que tu pareja ha de ganarse ese perdón. Esa es la clave.

Si tu pareja quiere simplemente seguir adelante, no hablar de lo sucedido, si se pone a la defensiva cada vez que tocas el tema o si no quiere llegar a acuerdos, entonces no podrás sentirte bien dejándolo pasar.

3. Si me prometí a mismo alguna vez nunca perdonar una infidelidad, he de cumplir mi palabra. 

Aunque perdonar no es una obligación, el hecho que te hayas propuesto nunca perdonar una infidelidad  en el pasado no quiere decir que no puedes cambiar de opinión.

Muchas veces nos hacemos promesas en un momento de nuestra vida cuando no sabemos todo lo que implica, hemos de ser flexibles de revisar nuestras promesas cuando estamos en medio de las situaciones.

Por ejemplo, todos hemos dicho “cuando sea papá nunca haré esto” pero luego te das cuenta que era una promesa que no podías cumplir, la vida no es “blanco” o “negro”.

4. Aunque quiera perdonar, la ofensa ya fue cometida contra mi y no puedo dejar pasarlo. 

Es cierto que el perdonar no borra la ofensa, no podemos regresar al pasado.

Sin embargo, ese es el sentido de perdonar. Si pudiéramos regresar al pasado y deshacer la ofensa, no habría nunca necesidad de perdón.

El perdón se da cuando, una vez se ha cometido la traición, se está dispuesto a perdonar, pero sólo si la persona se lo gana con esfuerzo, acciones concretas y arrepentimiento.

5. Si perdono, soy débil y nada garantiza que me vuelvan a ser infiel.  

Hemos de enmarcar el perdón como un acto de valentía, no de debilidad.

Tenemos la libertad de perdonar o no, pero el acto de perdonar es valiente.

La sociedad muchas veces nos dice lo contrario: “sólo los débiles perdonan” o a veces nuestra familia o los amigos también nos lo enseñan. Sin embargo para poder perdonar necesitamos fortaleza, aceptación y esfuerzo. Mantenerse enojado, resentido o vengativo puede ser más fácil y se puede sentir uno con poder y control a corto plazo, pero también puede afectar la salud del cuerpo y la mente a largo plazo.

Por otro lado, es cierto que nada garantiza que tu pareja no vuelva a ser infiel. Lamentablemente el perdón no viene con garantía. Al final, has de tomar el mejor riesgo calculado.

Si tu pareja te demuestra que está arrepentido, reconoce tu dolor, hace cambios consistentes, entiende qué fue lo que le llevó a eso (y lo trabaja),  hay mucha mayor probabilidad que no vuelva a suceder.

6. El perdón debe ser dado en su totalidad, en un único momento. 

El perdón es un proceso normalmente se da a lo largo del tiempo. A veces podemos sentir que hemos perdonado en un 5% o 10%, luego tal vez logremos perdonar un 50% a 60%, etc.

No es un proceso lineal ni perfecto.

Si tenemos la expectativa que hemos de perdonar totalmente en un momento único, nunca nos sentiremos listos para perdonar y soltar.

Recordatorios importantes

Tenemos libertad y nosotros escogemos

Dicho esto, es importante recordar que todos tenemos la libertad de perdonar o no, y si decidimos que no queremos intentarlo, hemos de procurar estar en paz con lo que ocurrió para no “marinarnos” en nuestro propio enojo y resentimiento. Se trata de nuestro auto-cuidado.

El perdón ha de ser ganado

Y de nuevo, perdonar a alguien sin que esta persona luche por redimirse y enmendarse, nos puede hacer daño a nuestra autoestima y confianza a largo plazo.

En mi opinión,  el perdón no es unilateral si no ha de trabajarse en pareja. Si la persona que fue infiel exige el perdón sin dar nada a cambio, sin querer hablar sobre lo sucedido o  sin escuchar el dolor del otro, no tiene derecho de esperar un perdón sincero.

En el caso que tu pareja NO trabaja para ganarse el perdón y tú no puedes con eso, lo único que puedes hacer es aceptar lo que pasó, para encontrar paz dentro de ti.

¿Tienes mas preocupaciones acerca de perdonar o no perdonar? Escríbelas en los comentarios 🙂