Cuando el orgullo o el miedo nos impide pedir lo que necesitamos

¿Te ha pasado que quieres o necesitas algo pero simplemente no lo dices?
Claudia lleva un año casada. Una parte de ella está muy contenta con su relación… ¡por fin están viviendo juntos! Sin embargo no puede evitar pensar que su esposo José está actuando distinto.
La noche anterior, llegó del trabajo directamente al sofá y encendió la televisión sin darle un beso. Hace tiempo no salen por la noche a cenar y no recuerda la última vez que hayan intercambiado mensajes de cariño por whatsapp, como lo hacían de novios.
Aunque no duda de su amor, extraña aquellas actividades románticas que tenían antes.
A Claudia se la pasa por la mente pedirle que vayan a cenar a aquel lugar tan especial, pero inmediatamente piensa: “si se lo digo, no vale. Tiene que nacer de él”, Además “¿y qué pasa si me dice que no quiere?, sería un conflicto”.
Así que pasa días esperando que sea un poco más romántico, irritándose cada vez más cuando lo nota distanciado o enfocándose en su trabajo tarde por la noche.
Las indirectas no sirven, así que un día, después de un episodio de mal humor, estalla y se queja impulsivamente:
-“Ya nunca quieres hacer nada conmigo, no sé qué te pasa”. Jose le pide que le explique y Claudia contesta: – “Si no te das cuenta, es porque no te importa”. Jose se molesta y dice: “Y yo no sé que te pasa a ti, llevas un montón de tiempo de mal humor y menos me dan ganas de acercarme”. Claudia se pone a llorar y su inseguridad en la relación empieza a crecer.
Por qué no queremos pedir lo que necesitamos…
- Creemos que pedir significa matar la espontaneidad y dar nuestro brazo a torcer. Pensamos que al expresar nuestras necesidades a la pareja ésta se verá obligada a actuar y nada de lo que haga será real. A esto a veces le llamamos “orgullo”, pero va mucho más profundo que eso.
- Nos da miedo ser vulnerables y directamente pedir lo que queremos. Es por eso que usamos indirectas o mensajes disfrazados, para protegernos.
- No creemos en el fondo que tengamos el derecho a pedir lo que necesitamos, tal vez crecimos en un ambiente donde tuvimos que obviar nuestras necesidades y con el tiempo fue mas fácil pensar que no estábamos en nuestro derecho.
Esperamos que nos lean la mente…
Y sin embargo esperamos que la otra persona pueda “leer nuestra mente” y saber exactamente que queremos de forma intuitiva y natural.
Si nuestra pareja no cumple nuestras expectativas, a veces la tachamos de “egoísta” o “indiferente” cuando en realidad no le hemos dado un chance real de cumplir nuestras expectativas.
Esperar que nuestra pareja lea nuestra mente hace que nos llenemos de frustración, enojo o desprecio, dañando la relación a la larga.
No pedir lo que necesitamos nos convierte fácilmente en víctimas.
Y explotamos
Existen dos maneras de explotar:
- Explotar hacia fuera: con acusaciones, críticas, reclamos. Esto normalmente desgasta nuestra relación y nos deja peor de como empezamos.
- Explotar hacia dentro: tristeza, decepción y depresión. Esto pasa cuando el enojo se auto-dirige y “nos consume por dentro”.
Aprendiendo a expresar nuestras necesidades
No es fácil pedir lo que queremos, cuando llevamos la mayor parte de nuestra vida ocultando nuestros deseos, diluyéndolos en indirectas y frases al aire.
Da mucho miedo no obtener lo que queremos. Da temor experimentar rechazo. No nos gusta parecer “necesitados” o “débiles”.
Da miedo también actuar de manera distinta, fuera de nuestro carácter usual. No vamos a parecer nosotros mismos.
Sin embargo, recordemos tres cosas muy importantes:
- No pedir lo que necesitamos es más arriesgado a la larga: nos puede llevar a sentirnos irritados, resentidos o incluso vengativos y eso amenaza mucho más la relación que el acto de pedir lo que queremos.
- No pedir lo que necesitamos le quita la oportunidad a nuestra pareja de realmente darnos lo que deseamos.
- No pedir lo que necesitamos despierta nuestra “parte víctima”, aquella que siente que vale poco y que no tiene control sobre lo que le pasa. Es muy fácil caer en depresión o desesperanza en este estado.
Pedir no significa demandar
La psicóloga Tina Tessina habla sobre la diferencia entre querer algo y demandar algo: “mucha de la confusión acerca de pedir lo que uno quiere ocurre porque no distinguimos entre querer y demandar. EXPRESAR lo que queremos es un esfuerzo en comunicarse claramente, para que tanto tú y tu pareja puedan estar satisfechos, mientras que DEMANDAR es insistir que tu pareja te dé lo que necesites, sin consideración de sus emociones. Tú puedes saber la diferencia porque cuando estás PIDIENDO, puedes lidiar con que te diga que no; mientras que cuando estás DEMANDANDO, te molestas si se te niega lo que pides. Cuando tú pides lo que quieres, tienes que tener un plan B en caso que la otra persona no esté de acuerdo.”
Ideas para pedir lo que necesitas, sin abrumar al otro/a, ni sentirte “dependiente”, ni explotar de furia.
1. Habla sobre lo que quieres, no sobre lo que no quieres.
Cuando hablas de lo que SI QUIERES en vez de lo que NO QUIERES, rebajas la tensión y haces que la otra persona sea más receptiva a tu mensaje.
Por ejemplo:
Habla sobre lo que sí quieres: me encanta que salgamos a caminar y platicar sobre nuestro día, extraño eso. ¿Podrías apartar una tarde de esta semana para que salgamos por nuestra colonia?
En vez de mencionar lo que no quieres: nunca hacemos nada. Siempre estamos aburridos en la casa. No quiero que seamos tan sedentarios.
2. Habla sobre lo que extrañas, tomando en cuenta un recuerdo agradable.
Esto ayuda a que la pareja se sienta menos amenazada y recuerde los buenos momentos.
Por ejemplo:
Mi amor, ¿te acuerdas lo bien que pasábamos hablando horas al teléfono y horas antes de dormir?. Extraño eso. Últimamente hemos estado tan enfocado en la casa y los niños, que nos falta hablar sobre nosotros, conversar como antes. ¿Estarías dispuesto a venir temprano un día de esta semana, dejamos a los niños con mi mamá y cenamos solos?
3. No uses la crítica para pedir algo.
John Gottman, el investigador de relaciones dice: “los primeros tres minutos de una conversación suelen predecir el resto de la conversación”. Por lo tanto, si usas crítica al principio tienes grandes posibilidades que la charla no termine bien.
Por ejemplo:
Usando la crítica: Nunca me ayudas en la casa. Eres como otro/a niño/a más. Deberías ya de encargarte de tus cosas, yo no puedo más.
Sin crítica: Necesito que me ayudes más en la casa. Me siento totalmente cansada/o . ¿Estarías dispuesto/a a hablar hoy por la noche, sobre cómo podemos repartir las tareas en la casa?
4. Pide lo que necesitas de forma específica y asigna un tiempo si se puede.
Pedir lo que necesitas de forma general puede llevar a muchas confusiones. También te puede llevar a que no se le dé seguimiento al acuerdo.
Por ejemplo si le dices a tu pareja: “quisiera que fueras más cariñoso”, para tu novio/a puede significar dar mas besos y abrazos pero para ti tal vez significan detalles y mensajes románticos. Sé específico en lo que necesitas.
O tal vez podrás decir: “me gustaría que me acompañaras a mi clase de baile” pero en ningún momento propusiste la fecha, por lo que tal vez la temporada de clases se acaba y te quedaste esperando.
5. Manténte dispuesto a negociar
Recuerda que tú tienes todo el derecho a pedir lo que necesitas pero también tu pareja tiene todo el derecho a decir “no”. Mantente abierto/a a escuchar su parte y a negociar algo que a los dos les quede bien. Si se lo pides de una manera clara, asertiva, sin demanda o crítica, él o ella estará más dispuesto/a a proponer otras opciones para que los dos estén satisfechos.