5 actividades para mejorar la confianza y comodidad en el cuerpo
A veces nos sentimos incómodos en el cuerpo y con baja seguridad. Nos comparamos con los demás, especialmente con las personas de Instagram, nos aislamos, nos comparamos mentalmente, no nos gusta aparecer en las fotos, no encontramos qué ponernos. Nos aislamos de amigos o familiares, especialmente si sentimos que nos hemos “descuidado” y no nos han visto en un tiempo. En la parte sexual nos puede costar sentirnos cómodos y disfrutar del momento.
La inseguridad nos puede afectar en la búsqueda de trabajo, empezar un nuevo proyecto, hacer amigos y salir en citas y mucho más.
En este post te comparto 5 actividades basadas en la investigación que pueden ayudarte a sentirte más cómodo y más seguro.
1. Compasión con nosotros mismos para enfrentar los temores
Kristin Neff, es una de las mayores investigadoras sobre la compasión y ha hecho muchísimos estudios sobre el tema. Neff dice que cuando no somos compasivos con nosotros mismos y en vez de eso nos criticamos “hay algo malo conmigo” o nos asustamos “te vas a quedar sólo”, entramos a una espiral de emociones negativas que en vez de ayudarnos a salir de ahí, nos entierra en vergüenza, culpa y ansiedad. En esa espiral, nos es más fácil comer, dormir, tomar, trabajar o hacer cualquier actividad en forma de adicción o evasión.
Sabemos que la evasión es una curita que no sólo retrasa el sufrimiento si no que lo aumenta.
Cuando nos estemos dando cuenta que nos criticamos o nos asustamos, usemos la compasión con nosotros y podemos usar esta frecuencia:
- Asume una postura de compasión, una mano en el corazón, firme pero generosa.
- Dite a ti mismo: “Este es un momento de sufrimiento”.
- Respira varias veces.
- Dite a ti mismo: “Sufrir es parte de la vida, otras personas también se sienten así, no estoy sólo en esto”.
- Dite a ti mismo: “Me permito ser generoso en este momento y darme la generosidad que necesito” repite varias veces estas palabras, las veces que lo necesites.
¿Que pasa si esto no surge efecto? probablemente tienes tu cuerpo en alerta y tu sistema nervioso activado.
Entonces, enfócate primero en calmar tu sistema nervioso, como por ejemplo:
- Respira 5 veces desde el abdomen.
- Identifica las partes de tu cuerpo que sientas tensas, ahora tensa y relaja cada parte tres veces.
- Sacude tu cuerpo.
- Sal a caminar.
- Ponte un paño con agua fría en el abdomen por unos minutos.
- Canta una canción o varias.
- Baila.
- Dibuja lo que sientes.
2. Sigue todas las cuentas de #BoPo (Body Positivity) que puedas
Un estudio de la Universidad de Melbourne en Australia, liderado por Alicia Stevens, Scott Griffiths concluye que 113 personas siguieron este hashtag #BodyPositive o #Lovetheskinyourin por una semana en diferentes redes sociales, especialmente Instagram, encontraron mayor satisfacción con el cuerpo y mejora del bienestar general.
A parte, cuando estes viendo tus redes sociales en tu teléfono no encojas tus hombros, no te vayas hacia abajo (esa postura no ayuda a tu estado mental), relaja tu mirada, relaja tu cuerpo, observa tus alrededores.
3. “Resetea tu detector de belleza”
Los investigadores de la Universidad del Sur de Florida en Tampa, publicaron un estudio en el año 2000 sobre la imagen corporal y la comparación social. Ellos sugieren pasar tiempo en un lugar público viendo a la gente pasar. A menos que estés en una película de Hollywood seguramente vas a ver a una variedad de personas que abarcan toda la gama de atractivos y tipos de cuerpo. Vas a observar conscientemente todo tipo de formas y tamaños, no solo el tipo que vemos con mas frecuencia en las campañas de publicidad o redes sociales. Esto ayuda a “reiniciar tu detector de belleza”.
4. Usa el Mindfulness para mejorar tu auto-aceptación
El Mindfulness nos puede ayudar increíblemente para aceptarnos más, ¿cómo lo logra? cuando practicamos la atención plena y sin juicio, podemos observar nuestra experiencia interna y externa sin reaccionar (Shapiro, Carlson, Astin y Freedman, 2006).
Veamos este caso: estamos viendo las redes sociales y vemos a una compañera del trabajo o del colegio que se ve super guapa y/o logrando sus metas. En ese momento podemos sentir una sutil tensión en los hombros y una presión en el abdomen, luego sentimos que nuestra energía baja, nos decimos cosas como “tú nunca logras lo que te propones” o “y tú mira tu cara, tu cuerpo, tu pelo”, nos sentimos tristes o ansiosos y queremos ir a defendernos de estas emociones como por ejemplo ver televisión o comer, luego después de tres horas nos sentimos perezosos, inadecuados, poco atractivos y entramos en una espiral negativa.
Sin mindfulness tal no nos damos cuenta la relación entre las redes sociales, el crítico interno, la baja energía, el aislamiento y los emociones depresivas. Desde el mindfulness, cuando nos demos cuenta de las sensaciones corporales: presión en el abdomen, tensión en los hombros, podemos empezar a respirar profundo y cuando observemos los diálogos “tú nunca logras lo que te propones” o “eres poco atractivo” nos podemos dar cuenta que es una parte de nosotros teniendo un discurso que no nos define, en ese momento podemos usar la compasión. Con el uso del mindfulness nos damos cuenta de que queremos aislarnos o evadirnos (por ejemplo: comer o jugar videojuegos), entonces nos damos un momento para observarnos y respirar, de esta manera podemos escoger con más poder la acción que queremos en vez de sólo reaccionar. La psicóloga y budista Tara Brach le llama “La sagrada pausa”. El elegir en vez de reaccionar, nos hace sentirnos empoderados y con mayor auto-eficacia, todo esto influye a nuestra autoestima.
5. Prueba Yoga
El yoga nos ayuda a sentirnos más conectados con nuestro cuerpo y nos hace espontáneamente querer cuidarlo. Las posturas que nos hace hacer nos hacen relacionarnos de otra manera con nosotros mismos.
“A medida que comenzamos a experimentar una reconexión visceral con las necesidades de nuestro cuerpo, hay una nueva capacidad para amarnos a nosotros mismos con calidez. Experimentamos una nueva cualidad de autenticidad en nuestro cuidado, que redirige nuestra atención a nuestra salud, nuestra alimentación, nuestra energía, nuestra gestión del tiempo. Este mayor cuidado de uno mismo surge de forma espontánea y natural, no como un <debería>. Somos capaces de experimentar un placer inmediato e intrínseco en el autocuidado”
Stephen Cope, Yoga y la búsqueda del verdadero yo
Un estudio dirigido por Agnieszka Golec de Zavala, Dorottya Lantos y Deborah Bowden la Universidad de London muestra que “las posturas de yoga en comparación con las <posturas de poder> aumentan la autoestima. Este efecto fue mediado por una mayor sensación subjetiva de energía, en comparación como cuando se controló la autoestima en la línea de base. Estos resultados sugieren que los efectos de realizar posturas corporales abiertas y expansivas pueden ser impulsados por procesos distintos a la asociación de las posturas con el poder y el dominio interpersonales”.
Si no estás muy seguro de probar Yoga, también puedes intentar otras modalidades que te ayudarán a conectarte con tu cuerpo: Tai Chi y Qigong son algunas de ellas.