Atracción no es destino
Karla no podía evitar sentirse totalmente atraída por aquellos chicos super seguros de si mismos e inalcanzables.
La última vez que conoció a alguien así fue a Martin. Él la hacia sentir especial, por haberse fijado en alguien como ella.
Le hacia arreglarse mucho al verlo y cuidar sus palabras. Le influía a “ser mejor persona”. Martin le daba consejos sobre como vestirse, como opinar sobre política y cómo ser menos “exagerada con las emociones”.
Karla se sentía totalmente enamorada e ilusionada, sin embargo habían cosas que no le gustaban: sentía que nunca podía estar a la altura de Martin y lo notaba cada vez mas distanciado. El salía por horas con sus amigos sin contestarle y cuando ella quería que le escuchara sobre un problema del trabajo o familia, Martin le escuchaba superficialmente y se quejaba de su falta de decisión.
Las discusiones empezaron a ser frecuentes cuando Karla exigía mas tiempo y cariño, mientras que Martín demandaba espacio e independencia.
Karla trataba de cortar la relación, pero no podía dejar de pensar: “¿y si no encuentro a nadie que atraiga tanto como él?”, “hace tanto tiempo que no me sentía tan enamorada”.
El problema es que a veces, “nuestro cuerpo” se siente atraído por las personas incorrectas
La mezcla perfecta para enamorarnos de quien no nos conviene es:
1) Sentirnos por dentro (aunque sea inconscientemente) poco atractivos, inseguros, poco valiosos, etc.
2) Percibir que tiene él o ella tiene las cualidades que nos faltan: guapo/a, seguro/a, percibido/a como valioso/a por los demás. (pueden ser otras cualidades por supuesto)
3) Sentir un pico de adrenalina, deseo y miedo al interactuar con esa persona.
4) Pensar que ese pico significa atracción y que esa persona es la correcta, porque si pudiéramos hacer que nos acepte y quiera, eso nos hará ser mas aceptados, valiosos y atractivos. (inconscientemente)
5) Al lograr interés de esta persona, nos sentimos eufóricos y contentos pero al sentir el rechazo o la indiferencia nos sentimos angustiados y con adrenalina/cortisol.
6) Esos picos químicos hacen que persistamos en una especie de “adicción” hasta que formamos un apego (conexión emocional fuerte).
7) El apego ansioso que se forma, hace que nos de miedo dejar la relación y sufrir.
Lo familiar atrae
Otra explicación alterna o complementaria de porqué nos atraen las personas que no nos convienen, es que se parecen mucho a nuestros papas, en el sentido negativo.
Si por ejemplo, tuviste una mama o papa que te dejaba solo, te rechazaba o actuaba de forma hostil (aunque haya intentado hacerlo mejor en sus circunstancias), eso te hace muy tolerante a este trato y cuando conoces a alguien que se relaciona así contigo, de alguna manera se siente familiar (que viene de familia).
Lo familiar atrae porque se siente conocido, seguro, cómodo.
Las cualidades negativas de familia atraen, así como las velas a las polillas.
Una de las teorías de porqué las polillas se sienten atraídas ante a las velas o lámparas, es porque éstas se suelen orientar con la luz de la luna y vuelan transversalmente. Sin embargo, al ver una luz tan brillante como una vela o un foco, se acercan para guiarse pero se desorientan al mismo tiempo, porque no están acostumbradas a una luz que esté tan cerca. Al final terminan quemándose o volando en círculos.
Los seres humanos que crecen con padres que han estado ausentes por cualquier motivo o que por sus mismas heridas, no pueden conectarse totalmente con sus hijos, pueden crecer con una “desorientación” acerca del amor.
Siguiendo la analogía, se siente atracción hacia la luz fuerte, pero ésta es dañina. Brilla como si fuera la luna, pero es una vela y quema.
Abandohólico
La psicóloga y autora Susan Anderson nombra este patrón como Abandohólico. Ella dice:
“Abandoholismo surge cuando has sido herido tantas veces que equivales inseguridad con amor. Cuando tus cables se cruzan de esa manera, a menos que estés persiguiendo alguien del que te sientas inseguro, no te sientes enamorado.
Inversamente, cuando alguien que realmente quiere estar contigo aparece, la disponibilidad de esa persona no activa tu nivel requerido de inseguridad. Si no puedes sentir esas ansias, ese casi mareo, no te sientes atraído. Te has vuelto neuro-biológicamente adicto al riesgo dramático del reto emocional y de los químicos que le acompañan”
Cambiar la historia
A veces inconscientemente intentarás cambiar la historia de tu niñez, procurando que tu pareja no te deje o que logres cambiarlo/a lo suficiente para que sea mas cariñosa/o, mas presente, mas conectado/a.
Y de que esa manera se pueda sanar el pasado.
El duelo
Pero para sanar, necesitamos llevar un duelo sobre lo que no tuvimos y que nunca vamos a volver a tener.
Tal vez no tuvimos ese amor que hubiéramos querido de pequeños, pero eso ya no se puede dar. Y eso duele mucho. pero quizás si sufrimos sanamente, lleguemos a hacer las paces con lo que tuvimos, aceptar lo peor y tomar lo mejor.
Y de esta manera abrir paso a algo nuevo. Que paradójicamente es lo que va a llevarnos a sentirnos plenos.
“Dejarte sentir todo el dolor de lo que no recibiste en el pasado, te posibilita a vaciarte de esas heridas viejas y decepciones, para hacer lugar a experimentar las alegrías y promesas de cada día nuevo” Sarah Flynn
Atracción no es destino
El hecho que nos atraigan personas que no quieran comprometerse o que les cueste estar emocionalmente disponibles no quiere decir que no podamos hacer nada al respecto.
Hemos de darnos cuenta que ese flechazo de euforia y deseo intenso suele estar desorientado. Que esa rush de adrenalina, es una indicación de que probablemente no sea la mejor opción.
Nuevas creencias
Hemos de empezar a adquirir nuevas creencias sobre relaciones. Por ejemplo:
-No necesitamos sentirnos tan enamorados e intensos para saber que la persona puede ser una buena pareja. A veces el sentirnos medianamente emocionados puede ser igual de bueno mientras se va conociendo.
-Las mejores opciones son aquellas personas que tienen una buena inteligencia emocional, que saben escuchar, que se conectan en lo emocional, que son estables, que están disponibles, que son confiables, que expresan lo que sienten y necesitan. (y tal vez una pizca de misterio y de distancia está bien, pero no han de ser el “plato principal”)
-El estatus, atractivo físico, estudios, nivel de elocuencia para impresionar, etc. pueden ser muy buenos pero no son lo que nos van a nos van a “nutrir” de verdad en lo emocional.
No se trata de conformarse
No quiere decir que aceptemos a cualquier persona que sea estable y se apegue a nosotros.
Tampoco queremos ir al otro extremo de buscar a alguien que forme dependencia no sana.
Hemos de hacer un balance, buscando aquellas personas que son relativamente independientes que buscan una relación a largo plazo. Y si tenemos que escoger, priorizamos más la estabilidad, la inteligencia emocional y capacidad de intimidad que la atracción pasional, la incertidumbre y el riesgo.
Lo que realmente necesitamos
Lo que de verdad necesitamos para sentirnos llenos en una relación es que la persona nos de seguridad, cariño, aceptación, respeto y amor.
Y tambien…
Necesitamos alguien que nos deje ser nosotros mismos, que nos de nuestro espacio, que respete nuestras diferencias.
Estas personas tienen lo que la psicología llama “apego seguro” y estadísticamente son el 60% de la población, (por si has estado pensando que es prácticamente imposible.)
No queremos la perfección
No existe nadie perfecto, tampoco lo somos nosotros. Así que podemos ser tolerantes con lo que no es imprescindible.
¿Cual es la diferencia entre lo prescindible o lo imprescindible?
No es realista pensar que va a llegar alguien que nos va a llenar el 100% de nuestros deseos, que los va a saber de antemano y que el 100% del tiempo va a adelantarse a nuestras necesidades.
No es realista esperar a alguien que nos haga sentir todo el tiempo emocionados, atractivos y seguros.
Pero sí es realista buscar a alguien que:
- Cuando se equivoque, lo admite.
- Cuando tiene dudas, pregunte.
- Cuando necesite y sienta algo, lo exprese.
- Cuando haya un conflicto, sea capaz de escuchar, entender y ser empático/a.
- Que sea capaz de darnos confort, consuelo y apoyo cuando lo pidamos, la mayor parte del tiempo.
- Que sea honesto con lo que quiere en vez de enviar mensajes confusos.
- Que muestre cariño y amor, desde su propia forma de ser, la mayor parte del tiempo y de forma consistente.
No existen “buenos” y “malos”
De verdad, creo que en este escenario no existen las personas buenas y las malas. Las que son cariñosas y dulces y las que son egoístas y distantes.
Solo existen seres humanos que tienen diferentes formas de crianza y que se protegen ante el dolor de maneras distintas.
Una persona que tiene miedo a comprometerse, puede ser que le cueste conectarse emocionalmente y que sea fría, pero por dentro tal vez tiene miedo al rechazo de la misma forma que tú.
Eso no quiere decir que tengas que estar con él o ella
Si, todos tenemos bondad en nuestro corazón.
Si, la mayoría de las personas que hacen sufrir es porque sufren por dentro.
Pero eso no quiere decir que tú los/as puedas cambiar y que tengas que quedarte allí.
Cada quien tiene su camino que recorrer.
Tú has de ver por ti primero y las personas que quieren cambiar, van a hacerse responsables y pagar el precio. No lo puedes hacer por ellos/as.