¿Por qué me siento culpable por todo?

¿Por qué me siento culpable por todo?

Te has preguntado: ¿por qué me siento culpable por todo?  si es así, este post es para ti

La culpabilidad: esa pesada sensación que nos arrastra y martiriza.

El Efecto Dobby: que siempre anda castigándose por no obedecer…

¿Por qué sentimos tanta culpa?

Razones sanas:

Cuando hemos hecho daño a alguien o a nosotros de forma consciente.

Es normal sentirnos culpables cuando hemos hecho algún mal, eso quiere decir que somos humanos (no psicópatas). Si hacemos un daño, sentirnos culpables nos ayuda a sentir empatía y rectificarlo.

Escenario: en un arrebato de enojo e impulsividad, rompes un objeto y sientes culpa (¡que bueno!) Entonces te disculpas sinceramente con el dueño, trabajas en cómo manejas la ira, enmiendas los daños.

En principio esto ha de bajar la culpa casi a cero, recuerda que la culpa surge para ayudarte a corregir un error y re-conectarte con los demás, no para martirizarte por días.

En principio, es mejor usar el término de responsabilidad que de culpa. La responsabilidad se siente más ligera, mientras que la culpa se siente pesada y poco productiva.

Escenario: después de jurarte a ti mismo que no ibas a fumar, encendiste el cigarro prohibido que habías guardado en tu armario después de un estresante día de trabajo.  Te sientes culpable (no tan bueno,  pero entendible) ya que rompiste de nuevo tu promesa. Entonces te has de ver con comprensión, como si fueras tu mejor amigo (la crítica no ayuda) y haz un plan para que no vuelva a pasar. Busca ayuda si es necesario.

Razones no sanas:

  • Cuando usamos nuestro derecho de decir “no” o ponemos un límite.

Para muchas personas, decir que “no” o poner un límite dispara la culpa y es difícil distinguir en esos momentos entre la culpa sana y la no sana. Uno se pregunta ¿será que estoy haciendo lo correcto? ¿será que fui muy duro?

Escenario: tu pareja te pide acompañarlo a algún lugar y tú le dices que prefieres descansar ya que genuinamente has dormido mal, él te dice “nunca piensas en mi” y eso te hace sentir culpable, lo acompañas para nos sentir esto pero por dentro te resientes.

  • Cuando estamos felices y nos recordamos que otras personas no cuentan con nuestra suerte. 

A veces nos sentimos culpables por estar felices, porque otras personas están pasando crisis.

Escenario: te sientes culpable cuando eres promovido en la oficina porque tu mejor amigo no ha encontrado trabajo.

  • Cuando usamos la culpa como defensa. 

Podemos utilizar la culpa como un mecanismo de defensa para no decidir.

Escenario: quieres dejar a tu pareja por razones legítimas pero te sientes muy culpable de hacerlo sufrir, entonces te paralizas y no haces nada. La culpa te ayuda a no decidir, ya que todas las decisiones tienen consecuencias y no quieres lidiar con ello.

Recuerda que al analizar tus sentimientos de culpabilidad has de ser muy compasivo contigo mismo. Probablemente tu tendencia a sentirte culpable venga de la niñez: padres que te hacían sentir mal cuando te enojabas o ponías un límite, padres que tendían a la co-dependencia, padres o cuidadores que te hacían sentir exagerado o dramático cuando estabas muy entusiasmado por un logro y no pensabas en los demás.

Por otro lado, nuestros padres hicieron lo mejor que pudieron con la crianza que ellos mismos recibieron, y si nos vamos así, podemos llegar hasta Adán y Eva…

El egocentrismo y la culpa

A veces nos posicionamos como empáticos y sensibles ante los demás y nos sentimos culpables por cosas mínimas que otros ni han notado. Esto puede ser egocentrismo, porque de alguna manera crees que todos están observando hasta tu más mínima mirada, comentario u omisión.

Por ejemplo: sentirte culpable porque no asististe a una reunión a la que te invitaron, cuando tal vez a la persona no le molestó.

Egocentrismo no quiere decir algo malo en este caso, es simplemente falta de madurez. Recordemos que todos los niños son egocentristas de naturaleza y puede ser que en parte sigues ahí.

Recuerda que no todos están dando la importancia a lo que tú haces.

De hecho, esto lo aprendí en una de mis sesiones terapéuticas, en donde yo le decía a mi psicólogo ¿pero porqué será que me siento tan culpable? y él me respondió: ¿por qué crees tú que tienes el poder de afectar a tanta gente? ¿tan importante eres tú? ¡ups!

¿Cómo distinguir entre culpa sana o no sana?

Si te está sintiendo culpable, pregúntate:

Si la culpa hace referencia a un crimen , ¿cuál es mi crimen?

Si has hecho algo para dañar a la otra persona, haz el DRET.

Discúlpate de lo hiciste, Responsabilízate de lo que provocó, Enmienda tu error, Trabaja en no hacerlo más.

Si te has dañado a ti mismo:

Trátate con compasión en vez de crítica, responsabilízate en vez de evadir la situación y toma acción para evitar que vuelva a pasar.

Si no has cometido ningún “crimen” entonces:

Aprende a tolerar la culpa de poner límites y decir no, hasta que poco a poco se vaya disipando. Recuérdate que no eres responsable por las reacciones emocionales de otras personas y que tienes derechos como todos los demás.

Agradece lo que tienes hoy en día, en vez de sentirte culpable por que otros no. Date permiso de gozar tus logros. Eso no quiere decir que no vayas a apoyar a los demás (no tiene que ser una cosa u otra).

Trabaja en tomar decisiones incómodas, sabiendo que toda elección viene con consecuencias pero tú puedes asumirlas. No permitas que la culpa te sirva para no decidir. Ser compasivo contigo mismo te ayudará, ya que no serás tan duro si te equivocas. Lo único que puedes hacer es tomar la decisión con los datos que tienes.

Recuérdate que no eres el centro de todo, no todo el mundo está pensando en lo que hiciste y lo que no hiciste.