Cómo lograr tus metas haciendo sólo pequeños ajustes a tu vida (parte 1 de 2)

Categoría: Hábitos
Escrito por natalia gurdian
Cómo lograr tus metas haciendo sólo pequeños ajustes a tu vida (parte 1 de 2)

¡Este es un de los mejores TedTalks que he escuchado sobre hábitos! Tanto así que no me hubiera quedado tranquila sin compartirla con todos ustedes.

Si te gusta aprender sobre cómo instalar nuevos hábitos en tu vida y finalmente lograr tus metas, esta conferencia es para ti. Además, si disfrutas de autobiografías y cómo las personas evolucionan, este será un ejemplo muy inspirador.

El autor de esta conferencia es Stephen Duneier, un inversionista, conferencista, autor, artista y poseedor de un récord mundial Guinness.

Si quieres ver la conferencia directamente en TED, este es el link: “Cómo lograr tus metas mas ambiciosas”.

Aquí te va la conferencia traducida:

Levantando las manos, ¿quien de ustedes cree que puede replicar esta imagen de Brad Pitt con solo un lápiz y papel?

 

Bueno les voy a enseñar cómo hacerlo y de esa manera les voy a dar la herramienta necesaria para convertirse en un artista de clase mundial. No debería de tomarme mas de quince segundos.

Pero antes de hacerlo, ¿cuántos de ustedes creen que podrían replica este imagen de un cuadro gris?

Respuesta: Todos nosotros. Y si puedes hacer un cuadro gris puedes hacer dos, tres, nueve.

La verdad es que si puedes hacer sólo un cuadro gris, seria muy difícil argumentar que no podrías hacer cada cuadro gris necesario para replicar la imagen en su totalidad y…¡ahí lo tienes!

Te he dado la herramienta necesaria para convertirte en un artista de clase mundial.

Yo sé lo que estás pensando, eso no es arte real y no me haría un artista mundial, así que déjame presentarte a Chuck Close, uno de los artistas más retribuidos del mundo. Él crea su arte exactamente de la misma manera que te he enseñado.

Mira, lo que está en medio de nosotros y el logro de nuestros sueños más ambiciosas tiene tan poco que ver con poseer alguna herramienta mágica o talento y tiene muchísimo mas que ver con cómo abordamos los problemas y tomamos las decisiones para resolverlos.

Y debido a la naturaleza de esas millones de pequeñas decisiones que debemos de tomar en una base regular, incluso una mejora marginal en nuestro proceso puede tener un impacto inmenso en nuestros resultados finales.

Te lo voy a demostrar observando la carrera de Novak Djokovic, regresando al 2014 cuando pasó a ser un tenista profesional,  él estaba catalogado como el tenista número 618.

No fue hasta el final de sus treintas, que saltó a ser el 3ero en el mundo. Pasó de ganar $250,000 al año a 5 millones al año solo en premios y por supuesto eso lo hizo ganando mas partidos. En el año 2011 se convirtió en el tenista número uno del mundo, ganando un promedio de 14 millones en premios solamente,  ganando y dominando el 90% de sus juegos.

Ahora, esto es lo que es mas interesante acerca de estas estadísticas.

Novak no controla ninguna de ellas. Lo único que él controla son las minúsculas decisiones que tiene que tomar correctamente a lo largo del camino para que la probabilidad de ganar los partidos esté a su favor. Y podemos cuantificar y anotar su progreso al observar el porcentaje de puntos que gana, porque en tennis, el típico punto involucra una, dos o tal vez tres decisiones para referirse a su tasa de éxito.

Entonces, cuando estaba ganando el 49% de los partidos, ganaba alrededor de los 49% puntos que hacia. Luego para convertirse en el número tres en el mundo y ganando cinco millones al año balanceando una raqueta, tuvo que mejorar su tasa de éxito a solo 52%, y para volverse el mejor tenista del mundo y uno de los mejores de la historia, tuvo que mejorar su tasa de éxito a sólo 55%.

Y sigo utilizando la palabra “sólo”. No quiero implicar que esto es fácil de hacer, claramente no lo es. Pero el tipo de mejora marginal de la que estoy hablando es fácilmente alcanzable por todos aquí en esta sala. Y les voy a mostrar a lo que me refiero.

Desde kindergarden hasta mi graduación de bachiller, todos mis reportes escolares decían lo mismo: “Stephen es un chico muy listo, si tan solo sentara cabeza y se enfocara”. Lo que ellos no sabían es que yo quería eso incluso más que ellos. Solamente no podía.

Así que desde Kindergarden hasta el segundo año de universidad, era un estudiante que siempre obtenía puntuaciones debajo de la media.

Pero un día ya tuve suficiente.

Pensé: “Voy a hacer un cambio. Voy a realizar un ajuste marginal y ya no voy a ser un espectador de mis decisiones,  voy a empezar a ser un participante activo.”

Entonces ese año, en vez pretender de nuevo que iba a poder sentar cabeza y enfocarme por mas de 5 o 10 minutos enteros, decidí sentarme y asumir que no iba a poder. Si iba a poder lograr el tipo de metas que deseaba e ir mejor en el colegio, iba a tener que cambiar mi enfoque.

Lo que hice fue un ajuste marginal. Si me daban una tarea, por ejemplo, leer cinco capítulos en un libro, no lo pensaba como cinco capítulos, ni siquiera como un capítulo, sino que lo descomponía en tareas que yo podía lograr, que requerían enfocarme por 5 o 10 minutos a la vez.

Así que solo dos o tres párrafos y ya está. Hacia eso y cuando terminaba con esos cinco o diez minutos me levantaba, jugaba basketball, dibujaba algo o jugaba video juegos por unos minutos y luego regresaba. No necesariamente a la misma tarea o  materia. Solo a cualquier tarea que requiriera 5 o 10 minutos de mi atención. Desde ese punto en adelante, hasta la graduación, fui un estudiante de primera y presidente honorable cada semestre. Después fui a una de las mejores universidades en el mundo en economía. El mismo método, el mismo resultado.

Así que me gradué, empecé mi carrera y pensé: “esto funcionó muy bien para mi”.

He sido capaz de tomar grandes metas y los descomponerlas hasta obtener tareas manejables y a lo largo del camino haces ajustes marginales en el proceso para mejorar las probabilidades a mi favor y me dije: “voy a probar esto en mi carrera”.

Y así lo hice.

Empecé como un comerciante de derivados exóticos en Suiza y eso me hizo ser director de la agencia de Inversiones en el Banco de América, luego director de mercados emergentes en AIG internacional. Lo que me ayudó a obtener ingresos notables por 12 años,  ser fundador y director de dos Fondos de Cobertura (Hedge Funds) que han ganado premios.

Así que ya en 2001 pensé: “esta idea ha funcionado muy bien en el colegio, me ha servido muy bien como profesional… ¿porqué no lo estoy aplicando a mi vida personal? A todas aquellas metas ambiciosas que tengo para mi mismo.” 

Así que un día de estos, estaba dirigiéndome hacia el trabajo. Solía caminar de un lado del parque Hyde hacia el otro en Londres. Me tomaba alrededor de 45 mins cada día. Una hora y media al día. 7.5 horas a la semana. 30 horas cada mes. 360 horas cada año.  Horas en las que estaba despierto, consciente y básicamente perdiendo el tiempo escuchando música en mi iPod. Así que en el camino de regreso de mi casa ese día, me paré en la tienda y compré los primeros 33 cds para aprender Alemán. Los bajé y los metí en mi iPod, pero no me detuve ahí, porque la verdad es que soy una persona no disciplinada y sabia que en algún momento me iba a cambiar del lenguaje de regreso a la música, así que removí esa tentación al quitar toda la música, lo que me dejó sólo con una opción: escuchar los cds de lenguaje.

Diez meses después terminé de escuchar los 99cds en el programa de estudio, escuché cada uno tres veces. Luego me fui a Berlin para un curso intensivo de alemán por 16 días, cuando había terminado, invité a mi esposa e hijos a verme. Caminamos por la cuidad, le hablé alemán a los alemanes y ellos me hablaron de regreso. Mis hijos estaban impresionados. No podía cerrar sus mandíbulas. Pero tú y yo sabemos que no había nada fantástico acerca de lo que hice. Yo solo hice ese ajuste marginal a mi rutina diaria, ese ajuste marginal a mi proceso y ahora ya puedo hablar algo de alemán.

 

Entonces en ese momento yo pensaba: “aprender un nuevo lenguaje no debería de ser tan fácil para una persona mayor como yo, uno debería de hacer eso cuando es  niño y de todos modos, aquí estoy y lo hice con este ajuste marginal.”  ¿Qué otras metas grandes y ambiciosas he estado dejando atrás hasta mi retiro que podría potencialmente lograr si tan solo hiciera un ajuste marginal a mi rutina?” Así que empecé a hacerlo.

Gané mi licencia de conducir para coches de carreras, aprendí a volar un helicóptero, aprendí a escalar rocas, saltar de paracaídas, y a volar aviones acrobáticamente.

En 2007 me estaba mudando de Londres,  tenía 25 libras sobrepeso y  estaba fuera de forma. Quería rectificar eso. Podría ir por la ruta típica:  escribir un cheque a un gimnasio al que nunca asistiría o podía jurar que nunca jamás volvería a comer esas comidas que amo que están haciendo todo el daño, pero sabia que ir en esa ruta casi nunca resulta así que decidí volverme un participante activo, pensé en los hábitos y pasiones que desarrolle a lo largo de mi vida.

Reflexioné: “puedo hacer un ajuste marginal para que los hábitos y pasiones estén a mi favor en vez de en mi contra”. Así que lo hice, tengo un habito en el que camino una hora y media los últimos siete años y tengo esta pasión por estar en el campo así que ese año no me propuse realmente bajar las 25 libras, hice la resolución de escalar todos los senderos en las montañas de Santa Bárbara y nunca había ido a una escalada antes en mi vida.

Pero la cuestión no tiene que ver con las 33 rutas, tienes que romper esta gran meta ambiciosa en decisiones manejables que han de tomarse correctamente a través del tiempo para mejorar las posibilidades de lograr lo que deseas.

Esto no tiene que ver con una ruta, tiene que ver con esas decisiones pequeñas, como cuando estás sentado en tu escritorio poniendo solo un poquito de tiempo extra al final del día o  acostado en tu sofá, presionando los botones del control remoto o desplazando el dedo por el muro del Facebook… en ese momento puedes tomar la decisión de dejarlo y ponerte la ropa para ir a excursionar. Caminas hacia la puerta principal y la cierras, caminas hacia tu carro y te metes. Manejas hasta el sendero, te bajas del carro y das un paso, das dos pasos, tres pasos.

Cada uno de estos pasos que he descrito es una decisión minúscula que tiene que hacerse correctamente a lo largo del camino para poder lograr la meta última.

Ahora, cuando digo que quiero caminar los 33 senderos en la cuidad del funk, las personas piensan en las decisiones en la punta de la montaña pero no es eso de lo que se trata, porque si tu no tomas la decisión correcta cuando estás en el sofá, no habrá decisión que ocurra en la punta de la montaña.

Para el final del año ya había caminado los 33 senderos, lo hice un par de veces cada uno e incluso hice otros en otra cuidad. Bajé las 25 libras y terminé el año haciendo la maratón mas difícil del mundo, la de pico a pico.

Lee la parte dos del post haciendo clic aquí.

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